¿Cuáles son las características básicas de una persona emocionalmente inteligente?

  Son empáticos: Las personas inteligentes emocionalmente saben perfectamente como ponerse en los zapatos del otro y así mismo comprenderlos con mayor facilidad. Son capaces de darse cuenta de lo que siente otra persona incluso aunque no se lo haya expresado de manera verbal. 

Se conocen bien a sí mismos. Son personas que saben perfectamente identificar y comprender sus propias emociones ya que tienden mucho a autoanalizarse y a reconocer cuáles son sus puntos fuertes y débiles.

Mantienen una actitud positiva. Son capaces de centrarse en los aspectos positivos de cada una de las situaciones que les ocurren en la vida. Están conscientes de que es inevitable experimentar situaciones y emociones negativas pero que todo es parte de la vida y hasta de lo más negativo se aprende.

Saben aceptar los cambios. A estas personas los cambios no las paralizan, por lo contrario, aprenden a aceptarlos porque saben que el hacerlo va a ser por su propio bien y los acercará más al éxito a pesar del miedo y la ansiedad que puedan llegar a sentir.

Saben decir que no. Saben cuándo y en qué momento decirle que no a otras personas. Son personas sumamente asertivas que cuando no quieren acceder a lo que les está proponiendo otra persona saben negarlo y lo hacen de una manera segura, directa y no ofensiva.

Son personas curiosas. Este tipo de personas se interesan constantemente por todo lo que les rodea, así como también por las demás personas. Muestran mucho interés por las personas que conocen, lo cual también aumenta enormemente su nivel de empatía.

No pierden el control con facilidad. Son personas que saben muy bien gestionar sus emociones por lo que cuando alguien trata de provocarlas ya sea por medio de gritos, insultos, menosprecio, etc. saben mantener la calma y no caen en su juego.

Valoran lo que tienen. Son personas que, a pesar de tener sus propias metas y aspiraciones, también saben apreciar y reconocer todo lo que
tienen, lo cual permite que se sientan de buen humor y con un buen bienestar en general.

Saben defender sus derechos. Son capaces de identificar y defender sus derechos personales cuando estos son amenazados. No permiten que otras personas se aprovechen de ellos y cuando tienen que defenderse no dudan en hacerlo de la manera más asertiva posible.

Saben vivir el presente. Dejan de lado todo aquello que les ocurrió en el pasado, así como también dejan de preocuparse por el futuro. Saben que el único momento que realmente importa es el que están viviendo aquí y ahora, por lo que aprenden a disfrutar más instante tras instante.